Conservación de la Miel de Encina: Mantén su Frescura y Calidad

El otro día vino una clienta a la tienda y me dice: «Oye, Nacho, he abierto un tarro de miel de encina que tenía guardado, y está durísimo… ¿eso es que se ha estropeado?». Me reí y le dije: “Eso es una maravilla, mujer, esa es la buena, la sin trampa ni cartón. ¡Eso significa que la has guardado bien!”. Y me acordé de cuando mi padre Enrique me enseñaba que la miel de verdad, la que no lleva aditivos ni procesos raros, vive y cambia.

La miel de encina es uno de nuestros tesoros más especiales. No viene de una flor, sino de la bellota de la encina, lo que le da ese color oscuro, ese sabor potente y unas propiedades increíbles. Pero para que disfrutes de todas sus virtudes, desde la primera cucharada hasta la última, hay que saber cómo mimarla en casa.

Hoy te quiero contar unos cuantos secretos, de esos que hemos aprendido en La Mielería generación tras generación, para la correcta conservación de la miel de encina.

¿Por qué es tan importante guardar bien la miel de encina?

Mucha gente piensa que la miel es eterna y, en cierto modo, tienen razón. Si quieres saber más, hace tiempo escribí sobre ¿cuándo caduca la miel?. Pero que no caduque no significa que no pueda perder sus propiedades.

La miel de encina es una bomba de nutrientes. Es muy rica en minerales como el hierro y tiene un montón de antioxidantes. Para que te hagas una idea de lo especial que es, puedes leer sobre sus propiedades nutricionales en este otro artículo. Si la dejamos al sol o en un sitio con mucho calor, todas esas cosas buenas que la hacen única se van perdiendo poco a poco.

Cuidar cómo la guardas es asegurarte de que cada cucharada te aporte todo lo bueno que nuestras abejas recolectaron en los bosques de encinas.

Los 3 enemigos de tu miel: ¡Que no se te cuelen en la despensa!

En el mundo de la apicultura, aprendes a identificar rápido lo que puede dañar una buena cosecha. Con la miel ya en el tarro, pasa lo mismo. Hay tres «enemigos» principales que debes mantener a raya:

1. La luz directa: El sol es fantástico para las flores y para que nuestras abejas trabajen, pero es malísimo para la miel envasada. La luz degrada sus enzimas y vitaminas. Por eso, nuestros tarros en La Mielería son de cristal, sí, pero siempre te recomendaremos guardarlos en un lugar oscuro.
2. El calor excesivo: ¿Dejar la miel cerca del horno o de una ventana donde pega el sol? ¡Error! Las temperaturas altas (por encima de 40 °C) hacen que pierda aroma, sabor y propiedades. Siempre busca un lugar fresco y estable.
3. La humedad y el aire: La miel tiene muy poca agua, y eso impide que crezcan bacterias. Si dejas el tarro mal cerrado, absorberá la humedad del ambiente, puede empezar a fermentar y estropearse. Asegúrate siempre de que la tapa esté bien apretada después de usarla. Mi hermano Javi, que se encarga de muchos de los pedidos, siempre insiste a los clientes en esto cuando le preguntan por teléfono.

«Al sol el rusc, a l’ombra la mel»: Un truco valenciano que no falla

En mi casa siempre hemos oído este dicho: “Al sol el rusc, a l’ombra la mel”. Quiere decir que la colmena («rusc») debe estar al sol para que las abejas estén activas y sanas, pero la miel, una vez cosechada, debe guardarse a la sombra, en la oscuridad.

Es un consejo de la sabiduría popular que resume a la perfección todo lo que te he contado. Mi abuelo lo tenía como una ley. Después de todo el trabajo que supone el proceso de producción de la miel de encina, desde llevar las colmenas a los encinares de Soria o Extremadura hasta envasarla aquí en Cocentaina, lo último que queremos es que se eche a perder por un descuido.

Así que, el mejor sitio para tu tarro de miel de encina es una despensa o un armario de la cocina, que sea fresco, seco y oscuro. ¡Así de sencillo!

¿Y si mi miel de encina se pone dura? ¡Es una señal de pureza!

Volvemos a la pregunta de la clienta. La cristalización es un proceso totalmente natural y una garantía de que la miel es cruda y pura. La miel de encina, al tener más fructosa que glucosa, tarda más en cristalizar que otras como la de romero, pero con el tiempo y el frío, lo hará. Si quieres entender la diferencia, en este artículo te cuento sobre la miel de encina vs. otras mieles.

Si tu miel se ha puesto dura, ¡alégrate! Significa que no ha sido pasteurizada ni sometida a altas temperaturas. Es miel de verdad. Si quieres que vuelva a estar líquida, el truco es muy fácil:

• Pon el tarro al baño maría con el fuego muy bajo, sin que el agua llegue a hervir.
• Remueve despacio con una cuchara.
• En pocos minutos, verás cómo recupera su textura líquida, sin haber perdido sus propiedades.

Nunca, nunca, la metas en el microondas. El calor es tan intenso y rápido que te cargarías todo lo bueno que tiene.

Cuidar tu miel es cuidar un tesoro

Espero que estos consejos te sirvan para disfrutar aún más de esta miel tan especial. Cada tarro de miel de encina de La Mielería lleva dentro un trocito de nuestros bosques, el trabajo incansable de las abejas y el cariño de una familia que lleva desde 1926 dedicada a esto. Conocer sus beneficios para la salud te animará aún más a conservarla como se merece.

Si te ha picado la curiosidad o te has quedado sin tu reserva, te invito a visitar nuestra Tienda de Miel, donde encontrarás nuestra miel de encina y muchas otras variedades de cosecha propia.

Y si te apetece seguir conociendo nuestro día a día, cómo van las cosechas y otras historias del colmenar, no dejes de escuchar nuestro nuevo podcast «Crónicas del Colmenar» en Spotify. ¡Te sentirás como si estuvieras con nosotros en el campo!

Un abrazo fuerte,

Nacho Company