Durante lo que llevamos de verano, hemos recibido muchas consultas de clientes que se han visto sorprendidos al abrir su bote de miel y comprobar que la miel estaba en estado líquido en la parte superior, cuando normalmente está cristalizada.
¡TRANQUILOS! La miel está en perfecto estado y la podéis consumir sin ningún problema.
En este post os explicamos porqué puede suceder esto y cómo podemos evitarlo si lo deseamos.
LA CRISTALIZACIÓN DE LA MIEL
Como os hemos contado en post anteriores, la miel es un edulcorante natural que, a diferencia del azúcar común, dónde principalmente encontramos sacarosa, en la miel encontramos un porcentaje inferior de sacarosa y una mayor cantidad de fructosa y glucosa, además la miel contiene minerales y vitaminas que aportan micronutrientes a nuestro organismo, siendo un alimento muy beneficioso para nuestra salud.
¿Sabías que la miel contiene azúcares naturales? Pues bien, éstos azúcares provienen del néctar que recolectan las abejas y tienden a cristalizarse debido a la disminución de la temperatura y del tipo de azúcares que tenga cada variedad.
El proceso de cristalización de la miel, es un fenómeno físico que se produce cuando las moléculas de los azúcares se unen y forman los llamados macro-cristales. Cuando, por el contrario, aumenta la temperatura sobretodo en la época del verano, las moléculas se mueven libremente por el volumen de la masa de la miel y es ahí cuando la vemos en estado líquido en la parte superior. Pero no hay de qué preocuparse, es algo normal y sobretodo cuando se trata de miel pura!
RECOMENDACIONES PARA EVITAR LA DESCRISTALIZACIÓN DE LA MIEL
En primavera y sobretodo en verano lo normal es que, con el aumento de temperatura, la miel tienda a descristalizarse a no ser que la mantengamos en un lugar fresco y seco.
Si aún así prefieres que la miel no esté en estado líquido, y en el caso de que no tengamos en nuestro hogar un espacio fresco y seco donde poder conservarla todo el año, siempre podemos optar, sin ningún problema, a guardarla en la nevera.
Ya verás como a las pocas horas habrá cristalizado de nuevo.
¡Pero recordad! Tal y como os comentábamos al inicio, podemos consumirla en estado líquido, sin ningún tipo de problema, aunque de manera general siempre es recomendable guardar nuestra miel en un lugar fresco y seco.